¿Quién no ha sentido envidia alguna vez?
¿Quién no ha anhelado lo que otra persona tiene?
¿Quién no ha querido vivir la vida de otro?
Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido envidia… pero envidiar implica mucho más que querer poseer lo que otra persona tiene, al envidiar nos instalamos en la insatisfacción y en la queja. La envidia nace de la creencia de que nunca tendremos lo que otro posee.
Sin embargo esto no tiene porqué ser así. Si estuvieras seguro de que podrías conseguir lo que otro ha logrado… ¿tendrías envidia?
La envidia es una profunda rabia producida por el logro de otros.
Se origina en aquello que pensamos que no tenemos y necesitamos obtener para ser felices y en una autoestima baja y frágil que nos hace sentir que si tuviéramos lo que el otro ha logrado seríamos felices.
A la envidia además le acompaña la crítica, la rabia, la inseguridad, el sentimiento de inferioridad, la dependencia… que nos producen malestar desgastando nuestras fuerzas y alejándonos de nuestra visión y de nuestros objetivos.
Sin embargo la envidia como cualquier emoción cumple y tiene una intención positiva.
Para encontrarla es necesario mirar de forma honesta nuestra propia vida y hacernos la siguiente pregunta; ¿qué es lo que ha hecho el otro para llegar al lugar donde yo quiero estar?
Esta pregunta no pretende cargarte de culpa sino más bien impulsarte; situarte ante un nuevo escenario en el que descubrir nuevas formas y estrategias que debes llevar a cabo para alcanzar tus objetivos.
Y entender que el hecho de que alguien tenga algo que tú quieres no significa que no puedas tenerlo tú.
Cambia la envidia por la admiración. Cada logro de una persona puede convertirse en un desafío para ti, puedes convertir el éxito de una persona en una fuente de inspiración, en el motor que te incite con más fuerza a seguir el camino de tus sueños. El éxito de otro puede ser un catalizador que te ayude a alcanzar formas de pensar más saludables, a realizar un profundo autoanálisis, a sacudir tu conformismo y a reforzar tu motivación de perseguir con más fuerza tu propósito.
Piensa que no existe envidia capaz de detenerte así que continúa hacia delante y no quieras ser nadie excepto tú mismo; porque si alguien lo ha conseguido,
¿por qué tú no?
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Eva del Pozo.