Cada vez que no actúo según mis valores me siento desconcertantemente alejada de mi misma… es una sensación de ruptura con mi centro, es como si supiera deliberadamente que estoy quebrantando un pacto sagrado… y realmente es así; el pacto es conmigo misma, con quien soy realmente. Y no actuar en consecuencia, honrando los valores que he considerado seguir, me sitúa en una posición incómoda y vulnerable frente a quien he decidido ser!

Lo cierto es que cuando lo que hacemos y lo que decimos está alineado con nuestros valores experimentamos una sensación de seguridad que nos permite tener un control mayor sobre nuestra vida y sobre nosotros mismos .

Y es que como dice Roy E. Disney “Cuando tus valores son claros para ti, tomar decisiones se vuelve más fácil”.

Pero… ¿qué son los valores, y por qué son tan importantes?

Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, que destacan en cada individuo y que, a su vez, le impulsan a actuar de una forma determinada porque forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos.

Los valores son creencias particulares y personales que tiene una persona en relación con lo que le parece importante. Son sistemas de creencias sobre lo que considera justo o injusto, bueno o malo; positivo o negativo.

No todas las personas comparten los mismos valores y no siempre en el mismo orden de prioridad. Los valores se jerarquizan por criterios de importancia. Cada persona construye un sentido propio de los valores y una interpretación personal de los mismos pudiendo variar a lo largo de la vida.

Los valores son importantes y necesarios pues son los pilares sobre los que se cimenta la identidad humana y en definitiva son los que dan sentido a nuestra vida y nos sirven de guía para poder convivir dentro de la sociedad.

Nuestros valores determinan lo que es importante para nosotros, aquellas cosas que nos aportan satisfacción, y que, de no acercarnos a ellas, no seremos felices. El hecho de que nuestro comportamiento esté en armonía con nuestros valores, es lo que nos aporta sensación de realización personal. Determinan también aquello de lo que nos alejaremos y rigen nuestro estilo de vida y nuestras reacciones a nuestras experiencias vitales.

Por eso es tan importante conocer cuáles son nuestras creencias; identificarlas, determinar su origen y validar su misión en nuestra vida porque ellas determinan nuestro comportamiento y nuestra reacción ante los acontecimientos de la vida.

Una creencia es una idea o pensamiento que se asume como verdadero. En ningún caso una creencia es sinónimo de verdad, pero es algo totalmente cierto para quien la cree y suele estar muy arraigada en su forma de pensar. La persona que tiene una creencia no se plantea su veracidad, sino que la da por válida de forma inconsciente .Este es el motivo de la solidez de una creencia, siendo muy resistente a cualquier intento de cambiarla o contradecirla.

Las creencias además determinan actitudes y estados fisiológicos y emocionales en la persona que las tiene que a su vez generan y son la base de muchos de nuestros comportamientos. Cuando actuamos de una forma determinada, tenemos también mucha influencia en la respuesta que provocamos en los demás y en los resultados que obtenemos de nuestra interacción.

Una de las funciones más importante que puede realizar el coaching es ayudar a sus clientes a sacar a la luz e identificar sus creencias, haciéndolas conscientes y permitiendo examinarlas.

De este modo si se descubren creencias limitantes, es decir que no nos ayudan a conseguir nuestros objetivos, podemos facilitar su cambio hacia formas de pensar más útiles y potenciadoras.

Un sistema de creencias limitantes nos lleva a pensar y a percibir la realidad de forma subjetiva y condicionada, limitando las infinitas posibilidades que cada instante ofrece y no viendo el amplio abanico de opciones que existen.

Si cambiamos nuestras creencias y por tanto nuestros valores podemos modificar los resultados que obtenemos y podremos cambiar nuestra vida y alcanzar lo que anhelamos.

El poder de los valores es extraordinario y para tener una vida plena y feliz es preciso conocer nuestros valores, jerarquizarlos, honrarlos y vivir alineados con ellos.

Tal vez éste sea el momento de pararte a pensar, analizar y revisar qué creencias tienes, si estas de acuerdo con ellas, si son heredadas o si las has aceptado sin cuestionarlas; si te ayudan en la consecución de tus metas; si te siguen siendo útiles o si alguna vez lo fueron; si quieres que sigan formando parte de ti o si tal vez prefieres desafiarlas o cambiarlas por otras que te definan mejor.

Te invito a que reflexiones y mantengas un diálogo sincero y honesto contigo mismo en el que seas capaz de identificar lo que realmente es importante en tu vida; los valores actuales y los que estas buscando. Esto te permitirá conocer a la persona más importante de tu vida: tú mismo.

Tus Creencias se convierten en tus Pensamientos

Tus Pensamientos se convierten en tus Palabras

Tus Palabras se convierten en tus Acciones

Tus acciones se convierten en tus Hábitos

Tus Hábitos se convierten en tus Valores

Tus Valores se convierten en tu Destino.

Gandhi.

.

.

Eva del Pozo.

Categorías: Coaching